¿Por qué el hornero es amigo del hombre?
LA LEYENDA DEL HORNERO
HABÍA UNA VEZ UN ENORME PINO COLOR VERDE ORO. Y EN UNA RAMA BAJA DEL PINO, UN NIDO DE HORNERO. CON PATAS, PICOS, VUELOS Y MUCHAS IDAS Y VENIDAS, LOS PÁJAROS HABÍAN DEJADO SUAVE Y HERMOSO EL NIDO POR DENTRO Y POR FUERA
Y ALGO NUEVO HABÍA DENTRO DEL NIDO
¡QUE SERA Y SERA'
SI, SEÑORES. EN EL AIRE CELESTE SONABA EL PÍO, PIÓ DE LOS PICHONES, QUE TENÍAN HAMBRE.
LOS HORNEROS NECESITABAN IR A BUSCAR COMIDA NO ESTABAN NADA TRANQUILOS DESDE HACIA VARIOS DÍAS UNA TRIBU DE INDIOS HABÍA ACAMPADO CERCA LA TRIBU HACIA FUEGO Y RUIDOS Y ESO ASUSTABA A LOS HORNEROS
LOS HORNEROS TENÍAN HAMBRE.
Y COMO EL HAMBRE NO ENTIENDE RAZONES, LOS HORNEROS SE FUERON APURADOS A BUSCAR COMIDA.
MIENTRAS TANTO LOS PICHONES QUE QUERÍAN APRENDER A VOLAR, SE ASOMO A LA PUERTA DEL NIDO
BALANCEO VA BALANCEO VIENE, EL PICHÓN SE CAYO COMO SE CAEN A VECES LOS PAJARITOS
Y PARA QUE LAS COSAS ESTUVIERAN COMPLETAS TUVO QUE APARECER EL ZORRO QUE NUNCA FALTA EN LOS PEORES MOMENTOS.
APRETADITO COMO UN PUÑO, EL ZORRO MIRABA Y REMIRABA AL PICHÓN ESCONDIDO DETRÁS DE UNOS MATORRALES.
LLEGARON ENTONCES LOS HORNEROS GRANDES E HICIERON UN ESCÁNDALO DE GRITOS Y PLUMAS VOLANDO ALREDEDOR DEL PICHÓN CAÍDO PERO NO PUDIERON LEVANTARLO.
TODO ESTABA ASÍ, DE TAN TERRIBLE MANERA, CUANDO...
¡TATAN TATAN! POR EL LADO AZUL DE UNA LOMITA LLEGO UN NIÑO INDIO QUE YA SE HABÍA ENFRENTADO CON EL ZORRO COMO MIL SETECIENTAS VECES.
Y ESTA QUE ERA LA VEZ MIL SETECIENTAS UNA QUE NIÑO Y ZORRO SE ENFRENTABAN, EL INDIECITO SACO VOLANDO AL ZORRO DE SU ESCONDITE, GRACIAS A UNA BUENA RAMA DE TALA.
DESPUÉS BUSCO EL NIDO Y CON ALGUN TRABAJO METIÓ AL PICHONCITO ADENTRO. LOS HORNEROS REVOLOTEARON ALBOROTADOS ALREDEDOR DEL INDIECITO.
Y CUENTA LA LEYENDA QUE DESDE ESE DÍA LOS HORNEROS SE PASARON EL CHISME UNOS A OTROS. NO TEMIERON MAS A LOS HOMBRES. Y PUDIERON ELEGIR ARBOLES CERCANOS A LAS TOLDERIAS PARA HACER SUS NIDOS. Y POR ESO, DE VEZ EN CUANDO, PODEMOS VER NIDOS DE HORNEROS CERQUITA DE LAS CASAS.
Y ALGO NUEVO HABÍA DENTRO DEL NIDO
¡QUE SERA Y SERA'
SI, SEÑORES. EN EL AIRE CELESTE SONABA EL PÍO, PIÓ DE LOS PICHONES, QUE TENÍAN HAMBRE.
LOS HORNEROS NECESITABAN IR A BUSCAR COMIDA NO ESTABAN NADA TRANQUILOS DESDE HACIA VARIOS DÍAS UNA TRIBU DE INDIOS HABÍA ACAMPADO CERCA LA TRIBU HACIA FUEGO Y RUIDOS Y ESO ASUSTABA A LOS HORNEROS
LOS HORNEROS TENÍAN HAMBRE.
Y COMO EL HAMBRE NO ENTIENDE RAZONES, LOS HORNEROS SE FUERON APURADOS A BUSCAR COMIDA.
MIENTRAS TANTO LOS PICHONES QUE QUERÍAN APRENDER A VOLAR, SE ASOMO A LA PUERTA DEL NIDO
BALANCEO VA BALANCEO VIENE, EL PICHÓN SE CAYO COMO SE CAEN A VECES LOS PAJARITOS
Y PARA QUE LAS COSAS ESTUVIERAN COMPLETAS TUVO QUE APARECER EL ZORRO QUE NUNCA FALTA EN LOS PEORES MOMENTOS.
APRETADITO COMO UN PUÑO, EL ZORRO MIRABA Y REMIRABA AL PICHÓN ESCONDIDO DETRÁS DE UNOS MATORRALES.
LLEGARON ENTONCES LOS HORNEROS GRANDES E HICIERON UN ESCÁNDALO DE GRITOS Y PLUMAS VOLANDO ALREDEDOR DEL PICHÓN CAÍDO PERO NO PUDIERON LEVANTARLO.
TODO ESTABA ASÍ, DE TAN TERRIBLE MANERA, CUANDO...
¡TATAN TATAN! POR EL LADO AZUL DE UNA LOMITA LLEGO UN NIÑO INDIO QUE YA SE HABÍA ENFRENTADO CON EL ZORRO COMO MIL SETECIENTAS VECES.
Y ESTA QUE ERA LA VEZ MIL SETECIENTAS UNA QUE NIÑO Y ZORRO SE ENFRENTABAN, EL INDIECITO SACO VOLANDO AL ZORRO DE SU ESCONDITE, GRACIAS A UNA BUENA RAMA DE TALA.
DESPUÉS BUSCO EL NIDO Y CON ALGUN TRABAJO METIÓ AL PICHONCITO ADENTRO. LOS HORNEROS REVOLOTEARON ALBOROTADOS ALREDEDOR DEL INDIECITO.
Y CUENTA LA LEYENDA QUE DESDE ESE DÍA LOS HORNEROS SE PASARON EL CHISME UNOS A OTROS. NO TEMIERON MAS A LOS HOMBRES. Y PUDIERON ELEGIR ARBOLES CERCANOS A LAS TOLDERIAS PARA HACER SUS NIDOS. Y POR ESO, DE VEZ EN CUANDO, PODEMOS VER NIDOS DE HORNEROS CERQUITA DE LAS CASAS.
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